La sanación siempre es la voluntad de Dios y hay muchas cosas que nuestro Padre Celestial nos ha hecho disponible para ayudarnos ser sanados y liberados. Entre ellas están el celebrar la comunión como recordatorio de lo que Jesucristo logró por nosotros y el poder operar la manifestación de dones de sanidades. Pero ninguna de ellas es mayor que la Palabra de Dios misma y posiblemente no hemos visto o entendido esto lo suficientemente grande. Esta enseñanza habla de las tremendas cosas que Dios dice acerca del poder sanador de Su Palabra.